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Encuentran molécula clave para detectar y tratar el dolor crónico

2012-02-14

14 feb (EFE).- Una investigación, publicada en la revista “Nature Chemical Biology”, informa del hallazgo de una molécula clave para detectar y tratar el dolor crónico.

Los científicos, participantes del estudio, descubrieron, a través de la metabolómica (análisis de un sistema dinámico), que la dimetilesfingosina (DMS) -una pequeña molécula subproducto de la degradación de membranas celulares del sistema nervioso- se acumula en la médula espinal en ratas que sufren dolor neuropático.

Asimismo, llegaron a la conclusión de que la DMS también provoca dolor cuando se inyecta en ratas que no sufren dolor previo. Esto abre puertas a la inhibición de esta molécula y a un futuro desarrollo de fármacos.

El investigador Oscar Yanes, de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, España, quien también participó del estudio, señala que “hemos demostrado que hay una vía metabólica sobre la cual se pueden hacer intervenciones, puesto que mostramos una cascada de reacciones que en un futuro pueden ser útiles para encontrar inhibidores”.

A su juicio, si se pudieran bloquear las enzimas que acaban generando la DMS, “se podría disminuir el dolor”.

Y aunque se tiene que demostrar todavía si el modelo se puede extrapolar a todos los tipos de dolor crónico, hasta ahora no se sabía prácticamente nada a nivel molecular de este tema, “y éste es un primer paso”, agrega.

Según el doctor Yanes, el trabajo puede abrir puertas a investigar el dolor asociado a la diabetes, por ejemplo. “Se tendrá que ver primero si los resultados son extrapolables en humanos”, ya que hace falta todavía descubrir si la DMS se acumula en humanos que sufren dolor crónico, “o encontrar un modelo animal de ratón diabético para hacer alguna investigación parecida a la que se ha realizado hasta ahora”, añade.

Su idea es buscar algunos de estos compuestos en la sangre de pacientes con dolor crónico.

“Tenemos capacidad de encontrar marcadores, intentar cuantificar el dolor y dar herramientas a los clínicos para que los pacientes no tengan que valorar el dolor que tienen con un test”, explica.

Otro tema de estudio es descubrir de dónde proviene el dolor: “Conociendo ahora la vía metabólica y los compuestos que se acumulan, a corto plazo hay que ir a buscarlos en la sangre o en el líquido cefalorraquídeo, que es una estrategia más sencilla que desarrollar fármacos”, aunque también ésta sea una meta a largo plazo, señala el experto.