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Trastorno estacional: Depresión y desequilibrio primaveral

2013-10-08

¡Llegó la primavera! Los días son más largos y el frío va quedando atrás. Habitualmente, el común de la gente mejora su estado de ánimo gracias a la abundancia de sol, sin embargo, para otros, esta nueva estación significa sumirse en una grave depresión, época en la cual, incluso, se registra una mayor tasa de suicidios.

LA DEPRESIÓN ES una enfermedad -de origen biológico, psicológico y social- que afecta la mente y el cuerpo de las personas. “La palabra depresión es un término que se ha banalizado fuera de la consulta de psicólogos y psiquiatras y suele utilizarse de forma incorrecta para referirse a lo que sería, simplemente, estar triste, desmoralizado o bajo de ánimo. No obstante, en salud mental se entiende por episodio depresivo aquel trastorno mental que va más allá de la tristeza exacerbada, invadiendo todas las áreas y actividades de la vida cotidiana; altera el sueño, el apetito, la vida sexual, el pensamiento y nuestra relación con el entorno. Por ello es que merece ser tratado por psiquiatras y psicólogos y no responde generalmente a los consejos bien intencionados de familiares y amigos”, explica el doctor Nicolás Rodríguez, psiquiatra de Psicoestasis.

Así, la persona que sufre depresión pierde el interés por las cosas que habitualmente le resultaban placenteras. Por ejemplo, dedicar tiempo a algún hobby o comer algún plato que antes era de su gusto. “Esto es a lo que los profesionales le llamamos anhedonia. El hecho de que perciba las cosas de esta manera, provoca que sustituya sus actividades por largos períodos de hacer nada”, agrega el doctor Rodríguez.

Otro síntoma fundamental en un episodio depresivo es la apatía, un sentimiento de inapetencia e incapacidad absoluta para realizar cualquier tipo de acción por simple que sea. “Generalmente esta apatía se vive con culpa. Los pensamientos de culpabilidad y desesperanza son, precisamente, otro síntoma muy común en las personas deprimidas. La depresión tiñe de negro las ideas de quien la sufre y condiciona absolutamente su manera de pensar. Distorsiona por completo su modo de ver el mundo, el futuro y sí mismo”, sostiene el especialista.

Esta visión pesimista de la vida alcanza a todas las áreas (laboral, familiar, social). Por eso es muy común que la persona deprimida tienda a pensar que está decepcionada a la gente a la que quiere, generando un menoscabo en su propia autoestima. “Peor aún, el hecho que no tenga energía, disposición optimista, motivación y mente clara, agrava aún más la situación y puede llevar a la persona a pensar catastróficamente que ‘todo va mal y todo irá aún peor’. Frente a ese escenario tan desesperanzador ‘la muerte no es intrusa. Es un pequeño claro donde te reencuentras con el paraíso’ (cito a Rafael Norbona)”, agrega el doctor Rodríguez.

Influencia primaveral

La influencia de las estaciones, de la latitud y de las oscilaciones del fotoperíodo en el ánimo de las personas se conoce desde la antigüedad. Así, “la depresión unipolar y la manía son frecuentes en primavera-verano, mientras que la depresión bipolar es más frecuente en otoño. A su vez, el mayor riesgo de suicidios se presenta durante primavera”, precisa el psiquiatra de Psicoestasis.

De hecho, numerosas investigaciones han descrito una relación directa entre la frecuencia de aparición de trastornos depresivos específicos con determinadas estaciones del año. A este tipo particular, se le conoce como trastorno del ánimo estacional.  “Los episodios depresivos de este subtipo se diferencian del resto de las depresiones mono y bipolar, porque cursan con estados de hipersomnia (somnolencia) y tendencia a ingerir vorazmente alimentos hipercalóricos. Son mayor durante invierno (aunque hay  enfermos estacionales de ciclos inversos) y su prevalencia en población general se estima que es entre el 0,8 y el 2,2% (una fracción menor del total de los episodios depresivos)”, agrega el profesional.

Respecto de los episodios suicidas que se producen en primavera, la causa aún no es vislumbrada y sólo se cuentan con algunas teorías que lo relacionan a los cambios de exposición a la luz; a la condición atópica (alérgicos primaverales) o al aumento de exposición social durante primavera que presionan al enfermo  a “estar bien”, sin poder responder satisfactoriamente.

A juicio del doctor Rodríguez, en todo tipo de depresión, y con el propósito de evitar lamentables consecuencias, la familia es el principal aliado, tanto para la detección temprana como para el tratamiento de esta enfermedad. “Es muy importante que el grupo familiar actúe en conjunto frente al familiar enfermo, ya que todos de distinta manera necesitarán, también, un apoyo. El acompañamiento empático y compasivo le será muy agradecido y, probablemente, sus lazos afectivos saldrán fortalecidos”, enfatiza el experto.

  •  RECOMENDACIONES
  • ¿Es posible evitar los trastornos anímicos propios de esta época del año? El doctor Nicolás Rodríguez señala que hay hábitos y/o conductas que nos pueden proteger de la depresión. Éstos son:
  1. Evite aislarse y fortalezca sus lazos con su grupo de pertenencia. El ser humano por naturaleza es social y necesitamos una red de apoyo estable. Ello nos brindará bienestar y será un pilar fundamental en los momentos difíciles.
  2. El ejercicio físico, la meditación y la alimentación saludable tiene efectos muy positivos en su ánimo, energía, autoestima y bienestar general.
  3. Cuide su sueño. Es muy importante el cuidarlo, ya que nuestro rendimiento depende de éste
  4. Cultive el optimismo, la gratitud, la aceptación compasiva, el “fluir”, el compromiso en sus relaciones o proyectos personales y la espiritualidad.
  5. Evite el alcohol, ya que éste suele agravar la depresión -por sus efectos depresógenos- o puede enmascarar los síntomas del paciente e impedir un diagnóstico correcto desde ese punto de vista.
  6. En caso de sentirse deprimido, no dude ir donde un profesional de salud más temprano que tarde. Recuerde que depresión no es sinónimo de “debilidad” y que usted no la eligió.