La neurobiología de la empatía en el trastorno límite de personalidad

El trabajo de este mes se titula: “La neurobiología de la empatía en el trastorno límite de personalidad” (Curr Psychiatry Rep 2013;15:344-355). La empatía o habilidad para comprender el estado mental y emocional de un otro de modo tal de ajustar nuestro comportamiento, ha sido un área de creciente estudio en neurociencias cognitivas y psiquiatría. Esto, no solamente por la importancia, cada vez mayor, de la teoría de la mente (ToM), sino que también por sus implicancias prácticas en la investigación de patologías en salud mental. Al ser las dificultades interpersonales y la disregulación afectiva dos de los sellos clínicos del trastorno fronterizo de personalidad, se ha hipotetizado que estos pacientes podrían presentar una alteración de su capacidad empática. El presente trabajo aborda esta problemática desde los aspectos neurobiológicos, basándose en la idea de que existirían dos maneras de procesar las señales emocionales. La primera se denomina “representaciones compartidas” (RC), y corresponde a un modo visceral de vivenciar los estados afectivos de otros, propio de los primeros años de vida y que se caracteriza por una falta de contextualización y de elaboración cognitiva de lo vivido. La segunda se denomina “atribución de estados mentales deliberarada” (AD) y se caracteriza por ser una forma de empatía deliberada, contextualizada e inserta en las narrativas personales de cada individuo. Esta segunda forma de capacidad empática es propia de etapas maduras de la vida y permite una regulación emocional de aquello que es percibido o “leído” en otros. Múltiple evidencia apunta a que los síntomas de disregulación afectiva y dificultades interpersonales en pacientes con trastorno límite de personalidad podrían deberse a un procesamiento por representaciones compartidas (RC) exagerado, asociado a un pobre procesamiento por atribución deliberada (AD). Proyecciones neurales entre sistema de RC y el sistema límbico pueden estar a la base de cómo se evalúa la amenaza social. La visión compartida, entre diferentes teorías, es que existiría una alteración en la mentalización de uno mismo y otros en este trastorno.