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¿Cómo superar la baja de ánimo?

2011-08-12

Para muchas personas la llegada del otoño e invierno es una verdadera crisis, ya que reconocen que durante estas estaciones el ánimo baja considerablemente y lo que más quieren es estar acostadas, consumiendo un mayor número de calorías y con una baja notoria del ánimo. Pero el fenómeno es mayor en las mujeres quienes afirman que la falta de luz las vuelve más tristes. Publicado en Revista Salud OK del mes de julio de 2011

SEGÚN CIFRAS una de cada diez personas (75% más de mujeres) sufre el llamado trastorno afectivo estacional, conocido comúnmente como depresión de invierno. Los estudios confirman que esto se debe a la falta de luz natural para el organismo. El efecto inmediato es que el cerebro secreta más cantidad de melatonina, hormona llamada “somnífera”, que nos vuelve más letárgicos, irritables y desincroniza nuestro reloj biológico interno.

Para el doctor Rodrigo Correa, psiquiatra y experto en trastornos del ánimo de la mujer, “desde las primeras observaciones realizadas en cuadros afectivos, es posible encontrar referencias a depresiones con exacerbaciones en invierno. Se piensa que hasta un 10% del total de las depresiones mayores pudiesen corresponder a este tipo”, señala.

Y ¿cómo se realiza el diagnóstico?

Para efectuar un correcto diagnóstico deben existir al menos 3 episodios depresivos en la misma época del año en 3 años seguidos. Es importante precisar que, según esta definición, pudiese presentarse la depresión en otra época del año y si se repite de modo estereotipado, cumplirá los criterios para un trastorno afectivo estacional. Además de esto, es frecuente observar que la depresión cede espontáneamente una vez que se llega a la primavera. Por otra parte aquellos pacientes que no presenten un patrón estacional, no necesariamente se deprimirán más en invierno, es decir entonces que no se ha demostrado que el invierno sea un factor de riesgo aislado, asociado a la génesis de un cuadro depresivo, esto con excepción de aquellos pacientes que presentan un patrón de tipo estacional, en cuyo caso esta época del año será de especial vulnerabilidad.

¿Por qué ocurre esto, qué cambios se producen a nivel cerebral?

Los cuadros depresivos estacionales ocurren preferentemente en invierno y debido a esto la primera hipótesis planteada se debe a la reducción en la intensidad y duración de las horas de luz. Estas jugarían un rol central en la patología, a través de la alteración en la fisiología normal de la Melatonina, hormona que se genera preferentemente en la noche. Los hallazgos experimentales no han sido lo suficientemente determinantes en demostrar una asociación causal inequívoca entre depresión estacional, luminosidad y alteraciones en los ritmos de secreción de la mencionada hormona. Por esta razón se han explorado otras posibilidades, siendo una de las más probables la intervención de una disrregulación de los niveles del neurotransmisor Serotonina, a nivel cerebral.

Las mujeres, siempre las mujeres

A juicio del especialista por cada hombre que es diagnosticado con depresión mayor, 3 a 4 mujeres reciben el mismo diagnóstico. Es decir las mujeres presentan depresión con mayor frecuencia que los hombres y dentro de este grupo las depresiones estacionales también se dan con mayor frecuencia en este género. “no está del todo claro que los cambios de estación sean la variable única que afecte más a las mujeres, pues éstas presentan una serie de variaciones hormonales adicionales que pudiesen influir, tales como el ciclo menstrual, el embarazo y el post parto inmediato”, señala.

¿Cuáles son los síntomas?

Los signos de alarma para el diagnóstico de depresión son la presencia de tristeza importante por al menos 2 semanas y de un modo continuo, asociado esto a la incapacidad de experimentar placer con las actividades que frecuentemente el paciente disfrutaba. A este síntoma se le denomina anhedonia. Junto a esto, pueden presentarse otros tales como alteraciones del sueño, ideas pesimistas, disminución en el peso corporal, fatiga o falta de energía y alteraciones en la concentración, atención y memoria. En el caso de un trastorno afectivo estacional se observan algunas características más marcadas durante el episodio, como un aumento en la ingesta de alimentos dulces o carbohidratos, aumento de peso, gran somnolencia y baja energía física durante el día. Ante estos síntomas resulta indispensable acudir a un especialista.

¿Qué recomendaciones puede entregar para sobrellevar este comportamiento?

Los trastornos afectivos estacionales o depresión estacional pueden ser tratados de un modo exitoso con el uso de antidepresivos capaces de modular los niveles de Serotonina cerebral. Es recomendable que quien sufra de depresión estacional sea tratado durante los meses de invierno, idealmente antes de que comiencen los síntomas y hasta la llegada de la primavera.

Otro tratamiento demostradamente útil es el uso de fototerapia, es decir la exposición programada del paciente a una fuente lumínica especial y por tiempos bien definidos. El beneficio obtenido a partir de esta técnica derivaría de la incidencia de la luz sobre los ojos del paciente, esto pues la luz o ausencia de ella, modulan a través de la retina los niveles de Melatonina secretados por la glándula pineal.

Otra recomendación de utilidad es la realización del ejercicio físico programado, el uso prudente de alcohol, la presencia de una red social de apoyo y el velar por conservar la mejor calidad de vida posible en el ámbito laboral y familiar.

Al finalizar el doctor Correa destaca que la depresión estacional forma parte a veces de lo que se conoce como el “espectro bipolar”, y que corresponde a un grupo de depresiones que deben recibir un tratamiento levemente diferente al de una depresión clásica. También cabe mencionar que este tipo de depresiones es de carácter recurrente, por lo que el tratamiento farmacológico a largo plazo es la norma. Sin embargo, en aquellos casos en que la depresión se encuentre exacerbada por situaciones vitales adversas, la asociación de farmacoterapia y psicoterapia resulta especialmente útil.